viernes, 28 de agosto de 2009

EL AMOR TIENE CARA DE... (Ciber novela en 20 capítulos)


Ciber capitulo 4

Convencida de que nada le importaba más que conseguir un novio, Marixa consiguió turno con una bruja confiando en que podría encontrar una solución a sus tormentos amorosos. El día convenido la pitonisa y Marixa se encontraron en el consultorio. Así como a los peluqueros les gusta que los llamen "estilistas" y a las secretarias "asistentes", a Aída (la bruja) le gustaba que le dijeran "futuróloga-inductivista-ad lumen dei".
A los dos minutos, luego de haber dado vuelta tres simples cartas le dio el diagnóstico:
-Te hicieron un mal, nena... tenés el mal de la malco... estás maldecida, a tu chochi le hicieron "un trabajo" y no encontrará la paz jamás.
A María Isabel Malalatte (alias Marixa) el mundo se le vino abajo... nunca imaginó que algo así pudiera sucederle, quién sería tan hijo de puta de maldecirle su chochi, que desde que había sido descubierta no había dado mas que amor, cordialidad y simpatía. Pensar que con sólo maldecir esa pequeña e importante partecita de su cuerpo le habían provocado obesidad, miopía, problemas capilares, depresión, dermatitis, gastritis, pérdida de masa encefálica, zoofilia, atraso en la carrera universitaria, amenorrea, incapacidad laborativa del 45%, antropofagia y otros males de igual o peor gravedad.
-¿Y ésto tiene remedio?- interrogó Marixa con lágrimas en los ojos y contrayendo las nalgas.
-Por supuesto, hija. Para desengualicharte te voy a recetar un polvo... un polvito -respondió Aída.
-¿Y dónde se compra?- preguntó la pelotuda.
-Un polvo, nena, te receto un polvo, conseguite un flaco y que te eche un polvo. Pero para que sirva y te destrabe tiene que ser "el" polvo, sólo el polvo de tu vida te sanará - contestó con seguridad Aída.
"La verdad no duele, lo que no tiene es remedio", se dijo para sí Marixa. Ahora tenía la punta del ovillo, su chochi maldita era el eje de la cuestión y aparentemente tenía una solución fácil y sencilla. ¡Echarse un polvo era lo más fácil del mundo! Todo los tipos quieren coger, siempre, no importa con quién, cuándo, dónde... Esta circunstancia la entusiasmó mucho porque le hizo sentir que el remedio de su problema estaba al alcance de la mano.
Corría el año 1996. Se calzó un vestidito negro, sandalias altas y partió con rumbo desconocido. Era un 9 de noviembre y hoy sólo recuerda que al entrar a "Salamanca" supo que estaba a punto de curarse... ¡Echarse un polvo es lo más fácil del mundo!!
Continuará...

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1 comentario:

rastelman dijo...

yo me pierrrrrrrrrdo!!