El capítulo que les entrego el día de hoy es de una gran importancia para la vida en sociedad. Viajar en colectivo, en "bondi", como dice el vulgo, es una experiencia cotidiana cargada de emoción.
Yo aprendí hace poco, lo reconozco, desde que logré leer y conocer los números del 0 al 200, dado que, como verán a continuación, necesitamos saber los números para reconocer cuál es el colectivo que nos lleva y no hacer como hacen muchos, que se toman cualquier bondi, porque creen que cualquiera les queda bien.
Paso 1: Necesitamos tener que ir a algún lado. Para tomar un colectivo te conviene tener que ir a alguna parte, porque si tenés que quedarte tomarte un bondi te aleja... no sé si soy clara: si tenés que quedarte no te tomes un cole, más vale quedate.
Paso 2: Es menester conocer qué colectivo te deja cerca del lugar al que tenés que ir: en general tienen un número, pero a veces tienen nombre. Cuando sepas por dónde pasa y qué número tiene que tener tenés que pararte en ese lugar y esperar a que pase. Tenés que estar muy muy atenta. Es difícil estar parada en una esquina y además tener que pensar qué numero tiene el Bondi… y si además estás comiendo un chicle o alguien te habla, ni te digo! Yo trato de estar en silencio, tranquila, bien concentrada para no equivocarme.
Paso 3: Subirte al colectivo. Este paso es transcendental y emocionante. La primera vez que logré subir sin caerme y sin equivocarme de número lloré profundamente, incluso Zaira me sacó una foto que conservo para recordar uno de los mayores logros de mi inútil vida… quiero decir, uno de los logros más útiles para mi vida. Tenés que agarrarte fuerte de dónde puedas para no caerte. Ahí, sinceramente te aconsejo tirar el chicle, porque hace más compleja la situación y puede perjudicarte.
Paso 4: Pagar. Hay que pagar para que te lleven en colectivo. Es cierto, parece absurdo que uno tenga que pagar para ser trasladado, pero, yo no sabría decirte bien por qué motivo es, pero hay que pagar, es así. Se paga con monedas, en algunos coles con billetes y en otros con tarjetas.
Paso 5: Conocer gente pobre. Esta nueva experiencia te permitirá acercarte a algo desconocido: los pobres, que serían personas (porque son personas) que en vez de vestirse en Roberto Cavalli o Stella Mc Cartney usan ropa fea y carteras que no son de Louis Vouitton… Además, a diferencia de nosotros, los pobres tienen que trabajar, una cosa horrible que yo jamás tuve que hacer (por suerte) y la cual jamás haré (Maxi mediante). Bueno, los pobres van a estar ahí. Vos no hagas nada: saludalos y sonreiles que no hacen nada.
Paso 6: Apoyadas y otras yerbas. Ahora viene la parte hot del viaje (te reconozco que me encanta). En el Bondi te vas a encontrar con verdaderos creativos del sexo casual, pero más que pasajero podría decirse que pajero. Te apoyarán miembros viriles por todo tu cuerpo. Hay quienes, cuando estás sentada, se te paran a la altura de los hombros y allí comienzan un suave meneo peneano. Otros menos imaginativos se apoyan desde atrás, y utilizan el movimiento del transporte público para ejecutar micro penetraciones en tu columna vertebral. Otros prefieren el tibio franeleo de pasarte rápido y pegadito por atrás. Mi consejo es que no te asustes, que le des para adelante y disfrutes pero no seas boluda: no te enamores!
Paso 7: Bajar. Cuando llegues al lugar que querías llegar (esto es difícil, tenés que estar atenta y saber leer las calles por las que vas pasando desde arriba del cole) tocas un timbre que hay y bajás. Ahí no tenés que pagar como en el taxi ni tenés que empomarte a nadie (como cuando un flaco te lleva a tu casa después del boliche, por ejemplo), te bajás y listo (porque ya pagaste, recordar paso 4).
Una vez que llegaste, luego de la grata pero exigente experiencia, podés volver a ponerte un chicle en la boca y dejar de pensar. Totalmente.
¡Dale, animate!
Nos vemos la próxima con otra enseñanza para tu vida.
WandaYo aprendí hace poco, lo reconozco, desde que logré leer y conocer los números del 0 al 200, dado que, como verán a continuación, necesitamos saber los números para reconocer cuál es el colectivo que nos lleva y no hacer como hacen muchos, que se toman cualquier bondi, porque creen que cualquiera les queda bien.
Paso 1: Necesitamos tener que ir a algún lado. Para tomar un colectivo te conviene tener que ir a alguna parte, porque si tenés que quedarte tomarte un bondi te aleja... no sé si soy clara: si tenés que quedarte no te tomes un cole, más vale quedate.
Paso 2: Es menester conocer qué colectivo te deja cerca del lugar al que tenés que ir: en general tienen un número, pero a veces tienen nombre. Cuando sepas por dónde pasa y qué número tiene que tener tenés que pararte en ese lugar y esperar a que pase. Tenés que estar muy muy atenta. Es difícil estar parada en una esquina y además tener que pensar qué numero tiene el Bondi… y si además estás comiendo un chicle o alguien te habla, ni te digo! Yo trato de estar en silencio, tranquila, bien concentrada para no equivocarme.
Paso 3: Subirte al colectivo. Este paso es transcendental y emocionante. La primera vez que logré subir sin caerme y sin equivocarme de número lloré profundamente, incluso Zaira me sacó una foto que conservo para recordar uno de los mayores logros de mi inútil vida… quiero decir, uno de los logros más útiles para mi vida. Tenés que agarrarte fuerte de dónde puedas para no caerte. Ahí, sinceramente te aconsejo tirar el chicle, porque hace más compleja la situación y puede perjudicarte.
Paso 4: Pagar. Hay que pagar para que te lleven en colectivo. Es cierto, parece absurdo que uno tenga que pagar para ser trasladado, pero, yo no sabría decirte bien por qué motivo es, pero hay que pagar, es así. Se paga con monedas, en algunos coles con billetes y en otros con tarjetas.
Paso 5: Conocer gente pobre. Esta nueva experiencia te permitirá acercarte a algo desconocido: los pobres, que serían personas (porque son personas) que en vez de vestirse en Roberto Cavalli o Stella Mc Cartney usan ropa fea y carteras que no son de Louis Vouitton… Además, a diferencia de nosotros, los pobres tienen que trabajar, una cosa horrible que yo jamás tuve que hacer (por suerte) y la cual jamás haré (Maxi mediante). Bueno, los pobres van a estar ahí. Vos no hagas nada: saludalos y sonreiles que no hacen nada.
Paso 6: Apoyadas y otras yerbas. Ahora viene la parte hot del viaje (te reconozco que me encanta). En el Bondi te vas a encontrar con verdaderos creativos del sexo casual, pero más que pasajero podría decirse que pajero. Te apoyarán miembros viriles por todo tu cuerpo. Hay quienes, cuando estás sentada, se te paran a la altura de los hombros y allí comienzan un suave meneo peneano. Otros menos imaginativos se apoyan desde atrás, y utilizan el movimiento del transporte público para ejecutar micro penetraciones en tu columna vertebral. Otros prefieren el tibio franeleo de pasarte rápido y pegadito por atrás. Mi consejo es que no te asustes, que le des para adelante y disfrutes pero no seas boluda: no te enamores!
Paso 7: Bajar. Cuando llegues al lugar que querías llegar (esto es difícil, tenés que estar atenta y saber leer las calles por las que vas pasando desde arriba del cole) tocas un timbre que hay y bajás. Ahí no tenés que pagar como en el taxi ni tenés que empomarte a nadie (como cuando un flaco te lleva a tu casa después del boliche, por ejemplo), te bajás y listo (porque ya pagaste, recordar paso 4).
Una vez que llegaste, luego de la grata pero exigente experiencia, podés volver a ponerte un chicle en la boca y dejar de pensar. Totalmente.
¡Dale, animate!
Nos vemos la próxima con otra enseñanza para tu vida.
(Podés leer otros consejos de Wanda haciendo click acá: http://laschicasdelosmartes.blogspot.com/search/label/Wanda%20te%20aconseja)
No hay comentarios:
Publicar un comentario