martes, 16 de marzo de 2010

Correo sentimental para machos rosarinos


Querido Cacho:
Te escribo para saber si me podés ayudar. Tengo un problema de trabajo terrible y más de una persona me ha recomendado que recurra a tus servicios. Te cuento. Mi estudio está interviniendo en un juicio bastante importante, lo que hace que vayamos seguido al juzgado donde tramita la causa. Hasta ahí todo normal. El problema es que hace unos escasos días y con motivo de la designación de la secretaria como jueza, aterrizó una nueva actuaria. Poco le duró la alegría de la nueva designación, ya que al segundo día empezó a mostrar signos de evidente disgusto para con todos los miembros de nuestro estudio. Es más, también muestra signos de disgusto con todo el mundo que ingresa a su oficina. Pero puntualmente te pregunto por lo siguiente. Cada vez que ingreso a la secretaría - a la que necesariamente tengo que concurrir para que me den un expte. ya que por la mesa de entradas no me lo dan (pero necesariamente tengo que pasar por ella y hacer la cola correspondiente)- y luego de la espera pertinente (10´ de promedio) y cuando advierte mi presencia realiza sistemáticamente un gesto de cansancio tal y como se estuviera desinflando. Me entendés? Algo así como iiiiffffffffffffffuuuuuuuuuuuuuuufffffffffffffff (inhala y exala -casi todo el aire de la habitación-, moviéndome, a veces, hasta el pelo). He intentado, y hasta la última vez lo he conseguido, no hacer nada al respecto, y responderle, según el sabio consejo de mi socia (una iluminada), con silencio. Tanto es así que la última vez ni la saludé cuando entré. Pero no se cuánto tiempo me va a durar. Estuve tentado de decirle "Dra., tan cansada un lunes...", o "Anoche se acostó tarde? Está cansada". Pero no me parece. Pensé también en mandarla lisa y llanamente a la mierda, pero tampoco me parece. También se me han ocurrido otras cosas menos legales, pero me parecen menos que las anteriores. Lo cierto es que estoy perdiendo los pocos buenos modales que tengo y me estoy empezando a preocupar. Las afirmaciones que me hace repetir mi socia (boludeces como "la espera no me desespera" o "soy una abogada exitosa") ya no me ayudan. Temo que me afecte emocionalmente. Por favor, Cacho, helppppp


Roberto Carlos del Centro



Querido Roberto Carlos:

El caso es tan claro, amigo! Me preguntás que tenés que hacer... GARCHARTELÁ! Esa mujer necesita una buena poronga. Dijo el filósofo chino TAI CHO TA (1614-1619, otro que vivió poco) "SI NO SABES QUE TIENE ESA MUJER PIDELE A TU PORONGA QUE SE LO PREGUNTE" El cansancio desmedido un día lunes, el maltrato, el gesto de desinflarse sumado a la irritación general demuestran que esa mujer no está cogiendo bien. Si por algún motivo no te dan ganas de cogertela (algo que ella pide a gritos desde su despacho) hacela coger por otro, un conocido, colega o amigo. El sociólogo sirio-libanés Ali Batán, detectó que el 99% de las mujeres policías y las empleadas de tribunales no cogían sólo observando sus conductas laborales. NO TE OLVIDES QUE UN MACHO BIEN MACHO sabe que TODO LO MALO QUE LE PASA A UNA MUJER LE PASA PORQUE NO COGE. La mina triste, engreída, dejada, pasada de rosca, deprimida, demandante, abandónica, demasiado alegre, contenida, exagerada, demasiado vaga o extramadamente laburante lo único que necesita es una buena buena poronga. Por otra parte, no pierdas de vista tu juicio, no tu raciocinio, sino el juicio que estás llevando adelante: entre polvo y polvo pedile que te dé una mano. Si podés cogértela en el juzgado mejor: así cuando te vea entrar de nuevo se acuerda... Por último, no te preocupes si después del polvo se pone medio cariñosa y se quiere poner de novia, ahí te tomás el buque y a la mierda, como hacemos siempre.

CACHO
Para consultas por favor escribir a mailto:laschicasdelosmartes@live.com o dejanos tu pregunta como un comentario.

1 comentario:

Big Poronga dijo...

Gracias maestro por iluminarnos!!!!!